lunes, 24 de enero de 2011

Recordar el pasado no es malo, a ver sí espabilamos

Unas muertes

para rememorar

 

 
Bartolomé García Lorenzo era asesinado hace ahora treinta y cuatro años en su propia casa, a manos de unos desalmados armados por el Gobierno de turno, sin que se llegara a esclarecer los hechos ni castigar a los culpables. Aún hoy sigue siendo una incógnita esta muerte y otras muchas de la época. Es evidente que elementos del antiguo régimen franquista estaban detrás de estos hechos. El silencio cómplice que se dio desde los partidos de la izquierda institucional contribuyó a la impunidad.
Algunos hechos
En torno al día 21 de septiembre de 1976 era acribillado a balazos el estudiante de Magisterio Bartolomé García Lorenzo. Supuestamente era confundido con “El Rubio”, pero semejante patraña oficial que babosamente repetía la prensa, no se la creyó nadie. Esos hechos marcaron a toda una generación de activistas sociales. Es difícil con el tiempo transcurrido, sin una consulta de las hemerotecas el dar una panorámica de estos hechos y menos aún una precisión de los acontecimientos que se sucedieron en aquellos días.
La realidad es que Bartolomé fue acribillado en la puerta de su casa por las metralletas de unos policías de paisano que por alguna razón lo habían elegido como víctima. Las cloacas del Estado se cobraban una vida. Este asesinato, como otros en Canarias, quedó impune [1].
Pero además han colocado una losa encima de estos hechos tan pesada como la que se colocara en la tumba de Bartolomé para que no sean conocidos. Eso si que no debemos tolerarlo.
Un testimonio
Por una casualidad me entero pronto del referido hecho lo que me lleva a trasladarme a la barriada de Somosierra desde el primer momento y luego permanecer allí las siguientes horas y días.
Va llegando gente a la plaza de Somosierra en las siguientes horas. En la tarde ya somos muchos llenando la plaza de esta popular barriada santacrucera. Alguien improvisa un discurso sobre lo que había que hacer que mueve a un centenar de los allí presentes a bajar en manifestación hacia el centro de la ciudad. Más tarde con los que se quedaron rezagados y fueron llegando salió una segunda manifestación parece que más numerosa que pretendía sumarse a los que ya habíamos partido un tiempo antes. La información corre como la pólvora. La primera manifestación llega a la Rambla Pulido y allí se encuentra con un cordón policial, lo que nos lleva a sentarnos en el suelo con todas las consecuencias. Nos quedamos sentados porque no podíamos pasar. Luego estuvimos a la espera de aquellos manifestantes que venían en camino, forzando la situación con la sentada, pero de repente empieza a subir la calle un vehículo antidisturbios con un cañón de agua, no visto hasta aquel momento por aquí, que nos hizo reaccionar a los presentes. Una piedra fue a dar contra el cristal parabrisas de aquel artefacto. Todos salimos en desbandada. El objetivo de la policía era el de dispersarnos, antes de que llegara la citada manifestación y se uniera a nosotros, haciéndole más complicada su disolución. Esta actuación de sorpresa rompió nuestra decidida sentada, pero ello provocó que en las siguientes horas se viviera una batalla campal en el centro de la ciudad con improvisadas barricadas incluidas.
Las siguientes horas y días hasta el entierro de Bartolomé en el cementerio de Santa Lastenia transcurrieron con la barriada de Somosierra y García Escámez tomada por los manifestantes. La propia autopista del Norte quedó cortada en esta zona.
El centro de operaciones de las posteriores movilizaciones estaba en la propia barriada de Somosierra. De allí salían las distintas manifestaciones que se dirigían a la ciudad, los piquetes organizados para anunciar la Huelga General auto convocada ese mismo día mediante pintadas en los polígonos industriales y barrios y de allí salió el cortejo fúnebre de decenas de miles de personas hacia el cementerio, muchas casas sirvieron de refugio ante la arremetidas policiales para intentar normalizar la situación en esta barriada.
Repercusión social
La Huelga General y la posterior manifestación que se llevó a cabo el día del sepelio de Bartolomé supusieron en la isla unos hechos sin precedentes.
Es necesario contextualizar esta muerte en el momento histórico en que se produce: inicios de la transición, descolonización del Sáhara, auge de la movilización social,...
El asesinato de Bartolomé tuvo una gran repercusión en la sociedad canaria, tanto por el hecho en si como por la masiva respuesta popular que se dio en los días posteriores. Los hechos señalados serán un referente para muchas personas y supondrán una toma de conciencia de amplios sectores sociales.
Lo relevante es como todo esto va a provocar un gran impacto en la sociedad canaria, especialmente en los sectores obreros y populares en general. Los que vivimos aquellos hechos de cerca no podemos olvidarlo aún hoy, aunque los detalles se atropellen en la memoria. Estos hechos han estado en el recuerdo de muchos en todos estos años.
En lo político se produce un auge del nacionalismo progresista, de la izquierda y de los movimientos sociales. Aquellos acontecimientos no fueron ajenos a esta evolución social.
Por todo ello, aquellos hechos de finales de septiembre de 1976 tienen que ser analizados, conocidos en su génesis y desarrollo y difundidos como parte de nuestra historia reciente que son.
34 años después, seguimos recordando aquel asesinato y la respuesta social que tuvo. Hoy Bartolomé sigue vivo en la memoria colectiva.
 
Manuel de la Rosa Hernández
Fuente:Canariasinsurgente
* Actualizado, 23-09-2010
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ASESINATOS IMPUNES EN TENERIFE
 
1.- Antonio González Ramos en 1975
Trabajador, antiguo compañero – despedido - de la fábrica de Philip Morris, asesinado en octubre de 1975, en los sótanos del Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife, actual Subdelegación del Gobierno. Torturado por el Inspector de la Brigada de Investigación Político – Social, José Matute Fernández, Profesor de Judo. Siendo Gobernador Civil Modesto Fraile Poujade. José Matute Fernández fue acusado del asesinato de Antonio González Ramos. Del judoka Matute se dijo que escapó a Brasil y Venezuela. Y que luego le alcanzaron los beneficios de la Amnistía de 1977, reintegrándose al servicio policial, acabando su  carrera como comisario en una Comisaría madrileña, donde desempeñaba el papel de defensor de los derechos de los detenidos. Esta paradójica y rocambolesca situación no la tengo confirmada. Solamente la conozco de oídas.
 

3.- Francisco Javier Fernández Quesada en 1977
Estudiante universitario grancanario muerto en las escaleras de la Universidad de La Laguna, el 11 de diciembre de 1977, de un disparo en la espalda, realizado por un Guardia Civil, durante una huelga de solidaridad con los trabajadores portuarios, del transporte y del tabaco. Yo estaba en la azotea de mi casa en el Barrio Nuevo de La Laguna, y desde esta atalaya le ví caer cuando fue alcanzado por la bala, viendo también como su cuerpo inerme era arrastrado por sus compañeros por la puerta entreabierta, hacia el interior la Universidad. Era Gobernador Civil Luís Mardones Sevilla, actual diputado nacional de Coalición Canaria.
   
Los implicados en los dos primeros asesinatos se beneficiaron de la aplicación de la ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía. Del tercero, acontecido después de publicada tal ley amnésica, sabemos que se tramitaron investigaciones judiciales, civiles y militares, pero desconocemos sus resoluciones. En esas fechas no se depuraban responsabilidades políticas.
 

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ASESINATOS IMPUNES EN TAMARAN
* Santiago Marrero HernándezMarzo de 1977: 
Asesinado Santiago Marrero Hernández. Abatido por las fuerzas de la marina española en el cuartel de la Isleta, Tamarán.

El Puerto de Las Palmas fue escenario hace 30 años de una protesta laboral que tuvo graves consecuencias: el asesinato de la hija de un estibador, la joven de 16 años Belén María. Aquel trágico acontecimiento marcó un antes y un después en la movilización de los trabajadores portuarios por la defensa de sus derechos, y tuvo una gran trascendencia social .

Desde aquella fecha, cada 25 de julio rendimos un homenaje a la memoria de Belén María como símbolo de la lucha de los estibadores por mejorar sus condiciones de trabajo y de vida. Este julio de 2010 se cumplen 30 años, y desde la Asociación Sindical de Estibadores Portuarios (ASEP) queremos conmemorar tan señalado aniversario organizando una semana de encuentros sociales y deportivos.
En recuerdo, de todos los fallecidos por abusos 

de poder a cada uno lo pone

Dios en su sitio.


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