viernes, 22 de abril de 2011

EL INICIO DE LA GUERRA CIVIL EN CANARIAS A TRAVÉS DE LOS INFORMES CONSULARES FRANCESES 1

La presencia francesa en Canarias no era muy importante a mediados de 1936, sobre todo si es comparada con la británica o la alemana. Sin embargo, se conserva buena parte de la correspondencia del consulado de Las Palmas durante el verano y, en menor medida, el otoño de 1936. Esta documentación resulta especialmente interesante no sólo por los datos que aporta sobre el estado de las islas, sino también por la actitud de los diplomáticos extranjeros y sus respectivos compatriotas ante la sublevación contra la República. Por tanto, la presente comunicación se divide en dos partes. La primera está dedicada a las noticias recogidas por el cónsul francés con respecto a la situación política y económica del archipiélago. La segunda se centra en las relaciones con las principales colonias y autoridades extranjeras, tanto en lo que se refiere a los temores iniciales de estas como a la actitud de las autoridades locales hacia ellas. Todo ello contrastado con los informes diplomáticos británicos, de fecha posterior, así como los que redactaron los gobernadores civiles en 1938.  
LA SUBLEVACIÓN MILITAR
El interés de Francia por Canarias entre 1900 y 1936 había sido débil, aunque creciente hasta esa última fecha. Así lo confirman la limitada presencia de sus ciudadanos, el escaso número de instituciones de enseñanza. la reducida cantidad de negocios, la debilidad de los intercambios comerciales y la baja frecuencia de las escalas de sus buques en los principales puertos canarios. Las líneas aéreas y marítimas que pasaban por Canarias durante el periodo de entreguerras no estaban controladas por Francia. Todo ello ayuda a comprender el desinterés de las autoridades galas por estas islas, a las cuales no consideraban 2 prioritarias y a pesar de la preocupación que suscitó la presencia alemana durante la I Guerra Mundial.1
En realidad, la colonia británica era la que desplegaba la mayor influencia en el archipiélago. Al estar situado estratégicamente en las rutas que conducían hacia el Atlántico, el capital británico no tardó en hacerse con el control de las actividades portuarias y los cultivos de exportación, es decir, los sectores más dinámicos de la economía canaria. Sin embargo, hacia 1935 Francia se había convertido en el principal mercado para uno de estos cultivos, el plátano, no sólo por la necesidad de completar la limitada producción de esta fruta en las colonias francesas sino también al quedar reservado el mercado británico para el plátano jamaicano, como consecuencia de las medidas adoptadas en la Conferencia de Ottawa (1932) para afrontar la crisis iniciada en 1929.2 Quizá fuera esta la razón por la que el consulado francés se había establecido en Las Palmas, junto al principal puerto de escala del archipiélago, el de La Luz, en lugar de instalarse en Santa Cruz de Tenerife. Esta última había sido la capital provincial de Canarias hasta la división de 1927 y todavía era la sede de la Capitanía General, así como de los consulados del Reino Unido, Italia y Alemania. El cónsul francés, Henri Dorange, estuvo ausente hasta finales de septiembre de 1936, siendo sustituido hasta entonces por el vice-cónsul Pierre Thiais, agregado de consulado y gerente del consulado en Las Palmas. Este último hubo de encargarse hasta entonces de la correspondencia con el Ministro de Asuntos Exteriores, Ivon Delbos. Parte de la información que le enviaba semanalmente procedía de los agentes consulares en La Palma, Arrecife de Lanzarote y, sobre todo, Santa Cruz de Tenerife, donde Bigourdan hacía de enlace con los cónsules extranjeros. El primero de estos informes semanales conservado en la documentación del consulado francés en Las Palmas fue redactado una semana después de la sublevación. A diferencia de los cónsules británico e italiano, los cuales tenían conocimiento de la existencia de una conspiración contra la República, en este documento no se advierte ninguna implicación francesa en sus preparativos.
A 1 DELAUNAY, Jean-Marc: “¿Hacia África, hacia América? Los franceses y las islas Canarias 1900-1936”, en: V Coloquio de Historia Canario-Americana (1982), Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1987, volumen II, pp. 841-848.
2 Para los intereses británicos: QUINTANA NAVARRO, Francisco: “Los intereses británicos en Canarias en los años treinta: una aproximación”, Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia, núm. 0 (1992), pp. 149-172. Con respecto a la importación de plátanos por Francia: SUÁREZ BOSA, Miguel; MARTÍNEZ MILÁN, Jesús; LUXÁN MELÉNDEZ, Santiago de; SOLBES FERRI, Sergio: “Auge y crisis de los productos de exportación en el primer tercio del siglo XX en Canarias”, Boletín Millares Carlo, núm. 14 (1995), pp. 101-117.
http://www.guerracivil1936.com

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