En 1971 la UNESCO comenzó el proyecto “El hombre y la biosfera”, que tenía como objetivo conciliar la mentalidad y el uso de los recursos naturales.
Para que la Palma sea realmente una reserva de la biosfera, ya incumplimos lo primero, que es conciliar la mentalidad, si a partir de ahí, que son las bases, no se cumplen, ya todo lo demás sobra.
La sostenibilidad de la isla deja mucho que desear, y si no paseemos por nuestros bosques o nuestras playas e incluso por los espacios protegidos y la basura que tiramos nos aleja a muchos años luz de ser una autentica reserva.
Pienso que el SEPRONA, hace un magnífico trabajo, pero no tienen medio ni personal para realizar bien su trabajo y cubrir todo en toda la isla.
Y como no a hacemos las cosas como Dios manda, debería de existir más vigilancia que hiciese cumplir la Ley y multar a quien ensucia y atenta contra el medio ambiente.
Tenemos varios puntos limpios en la isla, y seguimos tirando la basura en donde primero encontramos, gracias a que algunos han dejado pistas tontamente en esos residuos se han conseguido dar con algún energúmeno que ensucia y afea y pone en peligro nuestro paisaje.
La verdad que las instituciones tampoco se libran de haber hecho auténticos disparates, como hacer un vertedero en el monte de Mazo, con el peligro que eso conlleva, ya que la gente no recicla bien y tira a la basura normal residuos muy peligrosos, como son las pilas de los relojes, tóner de las fotocopiadoras, baterías de coches, etc.
Otro disparate enorme es el Barranco Seco, el día que ese barranco corra como lo hacia antiguamente, por mucho que escachen con palas, el desastre ecológico en la isla va a ser inimaginable.
Hay grupos ecologistas sacando dinero de sus bolsillos y tiempo para evitar cosas que por lógica deberían de estarlo realizando las instituciones que tengan competencias en cada caso y si no echen un vistazo a la Ley 9/2006 sobre evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente.
Tenemos casos recientes como la planta de asfalto en el callejón de la gata, que no sé con que estudios medioambientales se dio la licencia, pues está más que demostrado que las plantas de asfaltos son muy peligrosas para la salud, y en este caso afecta casi a diez mil personas, aparte del daño que hace al turismo rural, que es el único turismo que deja algún duro, veremos en que acaba todo esto, para bien de los vecinos, la salud antes que los intereses económicos, que para eso existen leyes, y la disyuntiva de que el ayuntamiento no se tenga que hacer cargo de unos costes que acabasen con las maltrechas arcas municipales.
También está la historia interminable del Complejo Ambiental de Los Morenos, en Mazo, más parece un culebrón venezolano, el que hizo la pista y la cubrió con ese cemento raro y desentonado color, a ese es para no darle ni una amasadora pequeña, es lo mas antiestético que he visto en un paraje de ese estilo, otro ataque al medioambiente visual.
En S/C de la Palma, habían dos playas, una para el crecimiento del muelle, se la engulló el cemento y la otra, más al sur, según tengo entendido el tribunal supremo les dio la razón a la plataforma por la playa, pero ¿quien le pone el cascabel al gato?
Entre los municipios de Santa Cruz y Breña Alta se hace una playa de arena negra, traída de otro lugar, arena que con las corrientes se ha ido repartiendo por parte del litoral, con el daño que hace a los fondos marinos, pues esa playa ahora no sirve, hay que romper el frente marítimo para hacer otra, yo no sé si es tan rentable o no para la capital palmera y sus comercios, el tener una playa a sus pies, pero como de lo que hablo es de lo que va cambiando nuestro paisaje continuamente, sin ningún estudio medioambiental hecho en condiciones y no por intereses de otro tipo, no está de más recordar que pese a tanto obra, seguimos con nueve mil parados.
¿Y nuestro nuevo aeropuerto? con su adefesio de terminal, pues este aeropuerto también ha destrozado varias playas y zonas de costa con especies endémicas.
Se habla de transformar la zona protegida de Tamanca y así seguimos, ensuciando nuestros bosques, nuestros mares, rompiendo zonas protegidas, no haciendo buenos estudios medioambientales que protejan nuestras escasas bellezas que son la admiración del mundo entero, no cuidando las especies foráneas, que tanto daño han hecho al ecosistema canario.
Cuidemos nuestra isla con políticas ambientales y no cementeras, el cemento para proteger nuestro legado antiguo, como muchas casas canarias que están en ruinas.
Y decirle a nuestros políticos que BIC no es un bolígrafo.
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