domingo, 13 de noviembre de 2011

Los canarios escapan de la jaula

Cientos de canarios, quizás miles, lograron salir de las islas a lo largo de los años de la guerra de España huyendo de la ocupación militar y del terror que se implantó en el archipiélago a partir del 18 de julio de 1936.
Sin embargo, no era fácil escaparse y muchos fracasaron en el empeño. Otros sí lo lograron y pudieron alcanzar algún puerto de la costa africana bajo jurisdicción francesa, generalmente a Dakar, Port-Etienne, Safi y Casablanca. Algunos lo intentaron en falúas y otras embarcaciones desde la isla más cercana a África: Lanzarote. Pero la mayoría eran marineros o pescadores que aprovechaban las escalas africanas para quedarse y pedir asilo político a las autoridades coloniales francesas de Marruecos y Senegal. Esta forma de evasión llegó a ser tan frecuente que las autoridades franquistas llegaron a poner falangistas armados en los pesqueros para impedir las fugas.
Probablemente, la fuga más sonada fue la que protagonizaron 23 presos republicanos deportados a Villa Cisneros y la mayor parte de la guarnición de ese enclave colonial español -cerca de 100 soldados- en la noche del 13 al 14 de marzo de 1937. Estos logran capturar el vapor correo procedente de Las Palmas, el Viera y Clavijo, muchos de cuyos tripulantes se sumarán a la fuga, y pondrán rumbo al puerto de Dakar. Fueron 152 los fugados entre presos, militares y tripulantes.
La importancia de estas fugas de canarios está reflejada en un oficio del Cónsul de la República española en Burdeos, Pedro Lecuona, en el que da cuenta de la llegada de 10 pescadores canarios que habían huido el 16 de febrero de 1938 de las islas.
Otra forma de llegar a la zona republicana desde Canarias era el canje de prisioneros. Se conoce un canje importante de 90 presos republicanos que se encontraban en el campo de concentración de Fyffes en Tenerife y que voluntariamente desearon ir a la zona controlada por el Ejército republicano. Los 90 fueron trasladados a Barcelona en septiembre de 1938 y muchos de ellos decidieron luchar por la República cuando esta se encontraba acorralada por las tropas franquistas.
Los desertores constituyen otro grupo nada despreciable de canarios que se pasan al bando republicano desde el mismo frente de guerra en la Península. Algunos de ellos son del pueblo grancanario de Arucas, lugar con una fuerte implantación obrera y que fue muy castigado por la represión. Las fugas de aruquenses en el frente de guerra eran tan cotidianas que las autoridades militares franquistas tomaron la medida de mezclarlos con tropas más fiables de otros lugares. También tenemos el dato que unos cien canarios se pasaron a los republicanos en la batalla del Ebro, durante la segunda mitad de 1938.
Otro grupo es el de canarios que se encontraron en la zona leal a la República desde el momento del golpe militar del 18 de julio de 1936, ya sea porque vivieran en la Península o porque estaban de manera ocasional. Muchos de ellos decidieron ponerse a disposición de la legalidad republicana.
Fugados, canjeados, desertores, viajeros circunstanciales y residentes permanentes son los cinco grupos de canarios que constituirán la aportación canaria a la defensa de la República.
Pero la caída de Cataluña, en febrero de 1939, y la posterior derrota republicana un mes después provocó un inmenso éxodo de más de 500.000 personas por la frontera francesa, huyendo de las represalias franquistas. Muchos canarios irían con ellos. No sabemos su número, posiblemente estaría cercano al millar pero no lo sabemos con exactitud.

http://www.revistacanarii.com

Fuente imagen:historiadelfutbolcanario.com

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