Dos libros narran el destierro durante la Guerra Civil española del capitán del ejército de la segunda República, Francisco Pérez-Pérez, y de su familia en el municipio gomero de Alajeró.
Los libros "Alajeró y el capitán don Francisco Pérez-Pérez, Un modelo digno de ser imitado" y 'Palabra de Honor" serán presentados este martes en el Ayuntamiento de Alajeró por sus autores, el catedrático de la Universidad de La Laguna, Julián Plata, y la periodista, Asunción Pérez-Pérez, hija del capitán.
Asunción Pérez-Pérez, más conocida por Tona y que nació dos meses después de la llegada de la familia a Alajeró, relató a Efe que su padre, militar de carrera, estuvo destinado como gobernador del Gobierno español en Río de Oro, Sahara, desde 1928 hasta 1935.
En espera de destino, Francisco Pérez-Pérez se trasladó a Las Palmas de Gran Canaria, con su mujer, cuatro hijos naturales y dos "negritos" adoptados.
Cuando se declaró el Movimiento, el capitán recibió la orden de sacar las tropas a la calle y, tras su negativa, "metieron" a toda la familia en un "barquito tripulado por falangistas" y la desembarcaron en Playa de Santiago, explicó Asunción Pérez-Pérez.
Al ir vestido de militar, el capitán y su familia fueron recibidos por el alcalde, el cura y por los niños de la escuela con banderas, y fueron invitados por Mariquita García a comer arroz y a beber "vino verde", comentó.
La periodista recuerda que la familia se instaló en la conocida como Casa del Estanco, donde la madre dio a luz a Tona el 9 de diciembre de 1936, asistida por doña Corina, que, según el cura, ayudaba a nacer a todas las cabras del pueblo y tenía mucha práctica.
El matrimonio tuvo otra hija en 1938, a la que llamó Muema María del Paso, en honor a la Virgen del Paso, patrona de la localidad.
Al principio, la familia se alimentó gracias a las aportaciones de los vecinos, quienes le regalaron papas y gofio, así como a la generosidad de doña María, a la que llamaban "la rica", que solía enviar un "potajito para la comida de la niña", señaló.
"El cura nos mandó un saco de lentejas, mi padre las plantó y las alegraban con vinagre de la tienda de Alejito", comenta Asunción Pérez-Pérez, quien muestra su agradecimiento a los vecinos de Alajeró.
Más tarde, "don Francisco el capitán", como era conocido en el pueblo, compró la casa de El Adén, donde al disponer de terreno suficiente se dedicó a la agricultura, y a criar gallinas y cabras, además de realizar trabajos de enfermero.
Al término de la Guerra Civil, Francisco Pérez-Pérez y su familia se trasladaron a Alicante y el capitán fue condenado por un tribunal a la retirada del ejército.
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=229115
Fuente foto:gomeranoticias.com
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